EL ENIGMA DE PARÍS - DE PABLO DE SANTIS

Pablo de Santis es un escritor Argentino que hasta hace algún tiempo, no era conocido en Lima.

Cuando se convocó al Premio Planeta-Casamérica de Narrativa Iberoamericana 2007, todas nuestras esperanzas estaban cifradas en nuestro largirucho escritor Alonso Cueto, que con su novela El Susurro de la Mujer Ballena (pronto a presentar en este blog), apuntaba a favorita al primer premio.

Pero el ganador fue un pequeño escritor de nombre De Santis con una novela de intriga titulada El Enigma de París, relegando a un segundo puesto a nuestro compatriota. Obviamente esta versión se supo luego del concurso ya que, como se sabe, los escritores presentan sus obras con seudónimos.

En verdad, valga por ambos.

Como mencionó en su momento  Eduardo Mendoza, uno de los jurados del premio: "esta es una estupenda novela de intrigas, pero también es todas las novelas de intriga". 



El engima de París se desarrolla en el año 1889.

Está narrada en primera persona. Su narrador es un aspirante a detective de nacionalidad argentina de nombre Sigmundo Salvatrio que ante la circunstancia a la que será expuesto, recibirá un intensivo aleccionamiento de las grandezas, tristesas y sinsabores del oficio detectivesco.

Y es en París, en la misma época en que se termina la construcción de la torre Eiffel, en donde debe poner a prueba su eficacia detectivesca.

Los doce detectives, los investigadores más famosos del mundo, se reunen con motivo de la exposición Universal. El selecto club tiene la misión de revelar al público sus casos más celebres, la filosofía de cada investigación y su concepción del crimen.

La extraña muerte de uno de los doce, despeñado misteriosamente desde una aún inconclusa Torre Eiffel en construcción, dará un giro a la reunión y los obligará a los otros once detectives a afinar sus habilidades para tratar de resolver lo que parece, a priori, la aparición de un asesino en serie.

Hay una idea que resplandece en toda la novela por encima de todo su entramado;  la del maestro y el discípulo. Esa relación a veces dolorosa y tan compleja que Pablo de Santis resuelve con tanto brillo.



Olvidaba mencionar que en la trama de la novela, y como es tradicional en escritos policiales, la identidad del asesino no será develada hasta el final del libro.

Como decimos cariñosamente en el Perú: " Buena Chato"